El aprendiz Roux saltó nerviosamente por la puerta, tratando de resolver si se le permitía entrar así que sonríe y le instruyó a entrar. Me puse a ungirlo tan delicada y sensualmente como pude, mirando sus ojos grandes y lavandos mientras corría mis dedos cubiertos de aceite sobre cada pulgada de su cuerpo de seda... Estaba nervioso, pero muy excitado.
Kneeling, cuidadosamente saqué su bata a un lado y fue recibido por un pene impresionantemente erecto. Y cómo me burlaba de la polla de ese chico, usando mi lengua para saborear, broncearlo y cosquillarlo antes de tomarlo en mi garganta.
Lo empujé a todos los cuatro y comencé a lamer su crack. La sensación lo llevó salvaje. No tenía sentido retrasar los asuntos. Mi polla estaba frotando y brillando con la pre-cobra y su culo estaba abierto y listo. Me arrodillé detrás de él y me empujé lejos en su cuerpo fuerte e inocente, penetrando más fuerte y más profundo con cada golpe hasta que me di cuenta de que estaba peligrosamente cerca de romper mi nuez prematuramente.
Saqué y le instruí que se acostara sobre su espalda con sus piernas en el aire, empujando hacia sus muslos y mirando sus ojos extáticos mientras lo cogí como un estadario en otoño, envuelto por un frenesí de lujuria pura.
Tomó su polla y empezó a masturbarse. Su respiración se hizo cada vez más laborada y luego, sin previo aviso, sentí sus músculos del culo escupiendo alrededor de mi polla como cintas de semen voló de su polla...