Colton y yo habíamos estado planeando este encuentro durante días y cuanto más cerca llegamos a él, el más caliente que ambos nos convertimos. Subió a mi tienda en mitad de la noche y lo besé antes de que me las arregló para cerrar la tienda.
Lo tiré a la hoja de tierra y me quité los pantalones, exponiendo mi gran polla de papá. Era duro y se curvaba hacia mi ombligo. Se subió a su estómago y me dio la cabeza, trabajando sus labios arriba y abajo del eje como chorros de mi pre-coria esquirió en su garganta estrecha.
Luego le di la vuelta a su estómago y usé mi lengua para acariciarlo hasta que sentí que estaba listo para llevarme. Me empujé hacia él, de pulgada a pulgada, tocando detrás de él hasta que mi pelvis fue presionada duro contra sus mejillas de culo. El niño, como siempre, respondió con gemidos profundos y gemidos.
Lo saqué y le di la espalda, besándolo apasionadamente antes de separarle las piernas y penetrarlo desde el frente, mirando su hermosa cara mientras mi polla vagaba libremente en su culo. Gastó fuerte, tan fuerte que sentí la necesidad de cubrir su boca con mi mano. Sus ojos inocentes abultaron debajo de mis dedos.
Luego me acosté en mi espalda y él me montó, montandome como un jockey de primera mano, apretando y agitando sus músculos del culo alrededor de mi polla y revolviendo hacia arriba y abajo con la velocidad y el poder crecientes. Aprobé instantáneamente el punto de no retorno. Me grité los dientes, le miré y exploté. La cama literalmente voló de mi polla y encadenó en él con la fuerza de una erupción volcánica.