Aunque había estado pasando por un par de semanas, todavía no podía creer que estuviera teniendo una aventura sexual completa con mi padre guapo.
Un día cuando fui al cuarto de la lavandería, se metió a mi ropa interior. Subió detrás de mí, y pude sentir su polla dura contra mi trasero a través de sus pantalones. Lo quería tanto como lo quería de vuelta.
Me desnuda y exploró mi cuerpo con la nariz y la boca. Oleando profundamente, degustando con vigor, y periciando mi almizcle desde el día. Si su tacto no me electrifica totalmente, su boca más que el trabajo.
La boca de papá viajó a mi agujero y encontró su camino muy fácilmente. Fuera y dentro. Me burlaba lo suficiente antes de unirse a mí y desnudarse completamente.
Trajo a su miembro rígido a su objetivo ahora escupido y me tiró un poco más antes de deslizarlo profundamente. Me mantuvo un poco tierno mientras entraba y salía de mí. Un gran contraste de afectos paternos y lujuria carnal.
Nos quejamos sin preocupaciones como papá me dejó montarlo antes de ponerme en mi espalda para bombearme lleno de su ADN.