Marcus había oído hablar del Dr. Wolf de algunos de sus otros amigos cortos. El guapo doctor era conocido por especializarse en hombres jóvenes con cuerpos más pequeños. Marcus tenía curiosidad por echarle un vistazo, lo que le llevó a hacer una cita para ver lo minucioso que podía ser el médico.
Trató de mantenerse tranquilo y fresco, pero su corazón corrió mientras el médico procedía a quitarse la ropa y escuchar su corazón, pero sabía que era sólo emoción de estar cerca del gigante guapo.
El médico lo miró con conocimiento; con una ligera sonrisa, transmitió silenciosamente su conciencia de la situación. El Dr. Wolf siguió examinando los genitales del niño, sacando su polla de ropa interior mientras comenzó a golpearla suavemente.
El Dr. Wolf sintió su propia polla duramente en sus pantalones, sacando un babo que estaba al mismo nivel que el estómago del niño. Su diferencia de altura era más de lo que podía soportar, y sabía que tenía que sacarla.